Como había dicho antes, mi prima y yo habíamos entablado una maravillosa relación basada principalmente en el sexo. Eramos más unidos que antes, incluso salíamos en varias ocasiones de compras o nos íbamos al cine. Sin duda, parecíamos novios, aunque prácticamente lo éramos. Después de la primera relación sexual que tuvimos, nuestros encuentros eróticos no se hicieron esperar y nos pasábamos varias horas platicando en mi cuarto a puerta cerrada. Claro que tanto ella como yo, estabamos casi todo el tiempo calientes y no dejábamos de meternos mano. Yo me la pasaba tocando sus tetas y acariciando su culo. Ella me besaba y pasaba su mano continuamente por mi bulto. En una de esas ocasiones, nuestros padres nos interrumpieron diciéndonos que irían a comer, que se irían todos. En ese momento nos miramos con una sonrisa de complicidad y picardía. “No gracias, preferimos quedarnos a chatear un rato”, les dijimos. Ellos se fueron diciendo que llegarían en dos horas mas o menos. En cuanto salieron, mi prima y yo nos volvimos a mirar, como poniéndonos de acuerdo donde sería nuestra segunda vez. Miramos casi al mismo tiempo la tina de baño que se asomaba desde donde nos encontrábamos. “Que te parece”, le pregunte, “Creo que será genial”. Dicho esto se metió al baño cerrando la puerta. Yo en ese momento estaba excitadísimo, pues sabía que lo que vendría después. Sin mas ni mas, me dirigí a la puerta y la empece a abrir lentamente, para ese entonces ya se escuchaba el agua que caía dentro de la tina. Entre y pude ver a mi prima en ropa interior, se veía como una diosa, y no era para menos. Llevaba un sostén que cubría unas tetas majestuosas, grandes, firmes y redondas, así mismo estaban coronadas por unos hermosos pezones rosaditos. Me puse detrás de ella, así que tenía todo mi bulto en su culo, un culo paradito y respingón. Ella empezó a mover las caderas lentamente, produciéndome una gran excitación y placer. Sentía que me moría con sus movimientos. De pronto ella solo se metió a la tina, diciéndome que quería darse un baño antes de empezar. La verdad es que la muy zorra quería hacerlo dentro de la tina. Esa deducción me excito aún mas, por lo que me acerque a ella, con la intención de enjabonarle la espalda. Y así lo hice. Empece por su espalda, sentía su húmeda piel, podía escuchar pequeños gemidos que venían de ella. Proseguí a en! jabonarle sus tetas, podía sentir esas dos grandes porciones de carne ardiente, que pedía a gritos ser devorada, sentía sus pezones a punto de estallar. En ese punto baje y la bese con una gran pasión, la quería mucho, no importando que pareciese una putita delante de mi, yo la quería, como prima hermana y como mujer que era. Sin dejar de besarla, baje mi mano hacia su conchita, la cual ya estaba muy húmeda, y al solo roce de mis dedos con su clítoris, ella se estremecido de placer, tanto que me mordió la lengua. Me desnude por completo y me metí a la tina con ella, quien viendo mi polla se dirigió hacía ella sutilmente. “Ya te extrañaba”, dijo con voz pícara y empezó a dar lengüetazos a mi polla que después se transformaron dando paso a una gran mamada. A esas alturas yo estaba más que excitado, por lo que tuve que hacer grandes esfuerzos por no correrme antes de tiempo. Después de tremenda mamada proseguí a darle también placer a ella, cosa que no fue muy difícil! . Abrió las piernas de una forma que me dejaba al descubierto su coño rosadito. Debajo del agua estaba yo demasiado excitado, chupaba su clítoris, lo mordía, lo lamía. Lo que me motivaba a seguir eran los gemidos de placer de mi prima, que se convertían en una grandiosa melodía.
Después de esto, ella se sumió en un gran orgasmo, lo que acabo llenando la tina de sus jugos. La miré y vi como estaba pidiendo más, quería que la desvirgara por el coño. Ese era uno de mis sueños eróticos por mucho tiempo, quería tener mi polla dentro de ella, quería desgarrarla por dentro. Tome mi todavía erecta polla y se la fui acercando a donde estaba su coño, al mismo tiempo que le tocaba y acariciaba las tetas, pelliscandole los pezones. No cabia de gozo. Cuando mi punta rozo su chochito, ella se estremeció, pidiendo tenerla adentro de una vez. En ese momento me sentí el mejor de los hombres, el que podía tener a cualquier mujer, sin importar sus sentimientos ni nada, es por eso que le metí toda mi polla de un sólo empujón, a lo que ella respondió con un grito de dolor y placer. Pude ver los estragos que mi gran herramienta hizo en su concha, veía salir un hilito de sangre, lo que demostraba lo virgen que era. Estuve con un mete y saca que hizo que me empezara a doler ! la pija, pero al mismo tiempo hizo que alcanzara un máximo grado de placer. Cuando sentí que me iba a correr, saque mi polla y se la puse en su boca. Ella supo desde luego lo que le quería decir, porque agarro mi pedazo de carne y lo introdujo en su boca, lo saboreo por unos momentos, hasta que ya no pude y solté toda mi descarga dentro de su boca. Era tanta que se le salía de la boca, estaba sobre sus tetas, en su barbilla, por lo que se agacho a lamer sus tetas y limpiarlas del semen que había en ellas. Después de esto nos vestimos, y nos fuimos a mi recamará donde me la volví a coger, esta vez por el culo, lo que era la segunda vez por ese orificio. Al rato llegaron mis nuestros papas y nos encontraron en la sala viendo una película que rentamos. Pero aunque estuvieran nuestros papas ahí, nosotros seguíamos calientes, por lo que seguimos acariciándonos, y cuando podíamos, besarnos. Así nos pasamos toda la película y en la noche nos despedimos, a nuestro modo. Sabíamos que dentro de algunos días llegarían las vacaciones, y con ello, la visita a la playa, lo que sin duda serían las mejores vacaciones de nuestras vidas, pero eso será en otra ocasión.