Mi sobrinita Janet, llegó del pueblo a la casa hace unos años entre los meses de julio y agosto para ayudar a mi mujer con los niños, la primera vez que estuvo con nosotros era una niña, callada pero muy cariñosa, bajita de estatura de aproximadamente 1.57, su pelo largo que le llegaba hasta las nalgas, morenita, a su edad (trece añitos) sus pechos ya estaban muy desarrollados, y sus pompis no muy exagerada pero muy duritas, sus labios gruesos.. Mmm de ricura; les contare que mi esposa y yo trabajamos en oficinas, ella de las 8 de la mañana a las 3 de la tarde, y yo de las 9 a las 4. Recuerdo que a principios de julio luego que salió de las vacaciones, recibí una llamada de mi prima, su madre, a quien le había comentado que nos gustaría que en las vacaciones de julio y agosto, Janet se viniera a con nosotros a la ciudad, para ayudarnos a cuidar a los niños, en esa ocasión me dijo “tu sobrina quiere irse con ustedes en estos dos meses, así que tú me dices si vienes por ella”, le dije que encantado iría a traerla, así que llegó el sábado y fui al pueblo a traer a Janet, al verla le dije Mija pero mira cómo has crecido, y ella solamente soltó una sonrisa, nos regresamos a la Ciudad por la tarde del domingo, solos ella y yo, traía puesto un short de licra con el que se le notaba muy bien su lindo cuerpo, su piernas morenas pero bien torneadas, el camino hasta la ciudad es de aproximadamente cuatro horas, así que en ese trayecto Janet se durmió recostada en mi hombro mostrándome sus lindas piernas bien formadas, trate al máximo de no caer en esa hermosa tentación de tocárselas, sin embargo, no pude resistir, de vez en cuando se las acariciaba y por supuesto como venía dormida no me decía nada, llegó el momento en que no pude mas muy excitado empecé acariciar su rodilla subiendo mi mano hasta lograr acariciarle por encima del short su cosita, fue cuando ella como que despertó pero no me dijo nada, solo volvió a acurrucarse más sobro mi hombro, entonces si me di a la tarea agasajarme comencé a tocar sus pechitos, metía mi manos en su brassier, acariciando sus puntas, con desesperación acariciaba sus piernas hasta llegar a su cosita, lástima que ya estábamos llegando a la casa; llegamos y de inmediato mi esposa la instaló en el cuarto de los niños, donde se fue a dormir porque nos dijo que venía cansada y nosotros igual después de platicar nos fuimos a la cama, y como venía súper excitado tuve sexo con mi mujer quedando ambos dormidos completamente desnudos, a la mañana siguiente un día lunes como de costumbre mi esposa temprano se fue a trabajar quedándome solo en mi recamara, de pronto entre sueños la veo que estaba frente a mi mirándome, pues como dije estaba completamente desnudo, no se movía y me di cuenta que miraba con mucha atención mi verga que de inmediato empezó a ponerse erecta, me moví un poco pero ella siguió ahí mirándome sin salirse del cuarto, entonces tome la decisión de tomarla de su mano y le dije ven siéntate aquí a mi lado, ella sin decir nada me obedeció así que le tome su manita y se la puse sobre mi verga, que para ese rato estaba bien erecta, le dije acaríciala, ella me dijo como, entonces le enseñé como debía hacerlo, después de eso, le quite su blusa y su brassier brotando esos pechos virginales que de inmediato le comencé a acariciar, a chupárselos, después la acosté en la cama y le quité su falda y su pantaletas quedando ambos completamente desnudos, y dejando al descubierto esa rica cosita en la que apenas le empezaban a brotarle bellos púbicos, la empecé a besar sus labios, su cuello, recorriendo su cuerpecito hasta sus pechos, que de inmediatamente se pusieron erectos, seguí hasta esa cosita donde apenas le comenzaban a salir vellos, le abrí las piernas y comencé a chupar sus labios vaginales, pasándole la lengua entre su clítoris y el orificio de entrada de su vagina, después sus piernas y metiéndole la lengua en su rajita, ella se retorcía y gemía muy levemente, le dije si le gustaba me dijo si tío pero no sé si este bien, le dije que no se preocupara que nadamas ella y yo lo sabríamos, ese sería nuestro secreto, luego me levante y ella con sus piernas abiertas me daba ese placer de mirar una cosita virginal pero bien lubricada, y le comencé a restregar mi verga sobre ese chochito hasta que me vine en el pero sin introducírselo, y la verdad es que me dio temor cogerla completamente puesto que era todavía virgen, pero si la seguí gozando todos los días durante casi un mes y medio, asi mi sobrinita Janet todos los días de la misma forma ella llegaba a la cama, se sentaba a mi lado y me comenzaba a acariciar la verga, incluso sin que se lo pidiera, repetíamos la misma operación, ella se ponía muy pero muy lubricada, le gustaba que vaciara mi leche en su rajita.. diciéndome Tío pero que es esto, yo le decía Mija esto es semen o leche que un día vas a probar, lo que sucedió meses después se los contaré en otra ocasión.