Descubriendo el sexo anal
Desde el principio, las caricias de mi hermano me gustaron sus caricias, nunca y en ningún momento se me hicieron desagradables y mucho menos repulsivas, siempre me han excitado y encendido inmediatamente. El siempre aprovecha cualquier momento para acariciarme audazmente, juego que me gusta.
Diariamente, cuando menos un par de veces al día, me tomaba, en el baño, en mi recamara, en el auto de nuestros padres, incluso en el patio de la casa. Cualquier momento y oportunidad, lo aprovechábamos.
Después de un tiempo, note que sus caricias eran dedicadas también a mis nalgas y por supuesto, entre ellas, bueno, claro que eso después de poseerme.
Me ponía boca abajo desnuda y me acariciaba, con sus manos, me sobaba lentamente, casi sin tocarme, cosa que me encantaba y me aceleraba el corazón, pero mi corazón se desbocaba ahhh!!! cuando sentía su boca, sus dientes y hasta su lengua. Entre ellas. Poco a poco me empezó a meter sus dedos, eso me prendía, al sentir sus dedos entrar por atrás, me derretía, mis jugos empezaban a salir, aunque estuviera ya mojadita, ahhh!!! poco a poco, metía mas dedos y después me volteaba y abría de piernas y me penetraba de un impulso, algunas veces sentí dolor, pero rico!!! De ese dolor, excitante, aunque agresivo.
Hasta que un día, en una de esas, me puso boca abajo, pero con unas almohadas bajo mi vientre, entonces tomo mis piernas separándolas y me sentí algo en mi ano. El me dijo: -te va a doler un poco, pero sentirás rico al final, así que aguanta, muerde la almohada, par que no grites. Yo estaba super excitada y ansiosa, ese día no lo habíamos hecho antes, asi que yo ya quería sentirme amada.
Sentí como algo duro, me punzaba el ano, el empujaba y me dijo, relájate, pues si no, te puede doler mas, metió sus dedos y empezó a acariciarme lentamente otra vez, me fui relajando y cuando menos pensé, quito sus dedos y sentí un empujón, junto con dolor y algo que me entraba duro y grande, en ese momento creí que me partiría en dos, ahhh!! pero a la vez me estaba mas excitada que de costumbre, mi corazón palpitaba mas, me sentía mas sensible y todo eso hizo que el dolor, contrario a todo pensamiento, que me gustara massssss!!!
Por un momento el no se movió, lo sentía dentro de mi, el se inclinó, movió sus dedos hacia delante, a mi vagina y me acaricio un poco, ¿estas bien? Me dijo, creo que le conteste que si, porque el me dijo “yes” después quito su mano y tomándome de las caderas, empezó a moverse dentro de mi ano, sacaba y mentía lentamente, yo sentía que me chorreaba, estaba súper mojada y en ambas cavidades, ya que estaba babeando la almohada, hmmm!!! Me gustaba, esta nueva manera de hacerlo, me estaba derritiendo, sentía mi corazón desbordado y sentía el corazón incluso en mi entrada anal, porque sentía que me palpitaba todo!!!!!!!! El entraba y salía dentro de mi, escuchaba y sentía como mis nalgas chocaban con su cuerpo y mas que nada sentía como el entraba y salía e mi jugoso ano, aunque mas jugoso estaba mi abandonada vagina, la sensación me encantó!!!!! Ese momento me sentí hasta un poco desvanecer, sentí mis parpados pesados y sentía como si fuera a flotar, fue riquísimo.
A la fecha de hoy, pienso que quizá el dolor (sin llegar a los extremos) atiza la excitación.
Desde ese día, me hice adicta al sexo anal, me gusta TODO el sexo, ni duda cabe, pero el anal, para mi, es lo máximo.
Ahora cuando pido compañero de sexo, que me satisfaga primero mi ano y después, vamos viendo….
Hasta la próxima.
Pat