Nunca he llegado a publicar en una pagina de relatos esta experiencia que tuve hace casi un par de años. Hoy me he animado a hacerlo y a compartirlo con vosotros.
Antes de nada comentaros que soy un hombre que disfruta mucho de las situaciones morbosas. Son la salsa de la vida sexual y siempre que tengo ocasion, las busco.
Mi mujer, mi suegra y yo nos fuimos un fin de semana a una localidad costera de Huelva para buscar un apartamento que nos gustara para disfrutar alli los veranos. Nos alojamos en un hotel inmediatamente despues de llegar con la intencion de pasar alli una noche mientras el sabado tarde y domingo mañana lo dedicabamos a la busqueda del apartamento. Lo primero que hicimos tras dejar el equipaje fue bajar a comer. Al finalizar, mi mujer y yo volvimos a subir a la habitacion y yo decidi quedarme alli para descansar. El viaje habia sido largo y yo estaba cansado. Total, que mi mujer y suegra se fueron y me quede solo para el resto de la tarde. Decidi darme una ducha y al salir me puse el albornoz que el hotel dejaba a disposicion de los clientes. Encendi un cigarrillo y puesto que el sol invitaba a ello, sali a la terraza de la habitacion para fumarlo alli tranquilamente. Al sentarme en el sillon me di cuenta de que una chica estaba tambien en su terraza un piso mas arriba en el ala del hotel que formaba 90 grados con la mia. No pude evitar el imaginar que haria esa chica si yo planteara un situacion un tanto morbosa. Era una buena oportunidad y decidi atreverme al observar que ella me habia visto. Asi que alla que me lance.
Mientras sujetaba el cigarrillo con una mano, puse la otra sobre mi entrepierna disimulando un movimiento natural, sin mirarla y haciendome el despistado. Poco a poco y lentamente comence a mover la mano recostandome bien el el sillon de mimbre y observando de reojo los movimientos de ella. No se movia. Ella seguia alli y su mirada se dirijia intermitentemente hacia donde yo estaba. La situacion comenzaba a ser muy morbosa y mi excitacion crecia al pensar que aquello podia ir a mas.
Los movimientos de mi mano acariciandome por encima del albornoz crecian en intensidad y ya no eran tan disimulados. No queria ir demasiado aprisa. Queria ver su reaccion aunque me costaba al no mirarla directamente y con descaro. Me di cuenta de que ella me miraba cada vez con mas frecuencia por lo que deduje que lo que yo hacia le provocaba, al menos, curiosidad. Mi excitacion aumentaba y la ereccion que comenzaba a tener tambien. Era un morbo intenso sentir como ella aguantaba alli y observaba, aunque timidamente, lo que hacia.
Estaba excitado y mi intencion era ir a mas, asi que ni corto ni perezoso pero si con cierto temor por la posible reaccion de la chica, meti mi mano por debajo del albornoz lentamente y continue con mis caricias. Se notaban mucho con el subir y bajar de la tela blanca. Y esa era mi intencion: darle a entender ya claramente lo que estaba haciendo. Mi corazon se puso a mil al observar como ella miraba ya casi de forma descarada. Ella sabia perfectamente lo que yo estaba haciendo y era evidente que lo aceptaba……o le gustaba. Mi ereccion era enorme. Sentia morbo, excitacion….ella me miraba y solo lo explicaba el hecho de que a ella le excitara ver lo que yo estaba haciendo. Yo me masturbaba ya de forma evidente y mi mirada se centro totalmente en ella. En un instante que fue increible nuestras miradas se congelaron el uno en el otro y ya no se desviaron. Su interes me invito a hacer lo que faltaba para rematar esa situacion. Abri mi albornoz y mostre mi polla totalmente erecta….moviendo mi mano pausada pero firmemente. Arriba y abajo…masturbandome con el mayor morbo que sentia desde hacia tiempo. Ella no dejaba de mirar mi mano, mi polla…y yo no perdia de vista sus ojos. Estaba viviendo una situacion dificilmente repetible y queria disfrutarla al maximo con ella.
Mis movimientos se aceleraban. La excitacion aumentaba y el control se estaba perdiendo. Me asombraba estar alli, en la terraza de la habitacion de un hotel masturbandome para una desconocida que, por sus gestos y su mirada clavada en mi, estaba disfrutando tanto como yo.
Estire mis piernas y mis caderas ya acompañaban el movimiento de mi mano cada vez mas rapido y ostensible. Ya no aguante mas y mi semen salio disparado acompañando a unos gemidos ahogados. Me corri de forma bestial. Fue una sensacion unica, increiblemente intensa. Ella no pestañeaba. No perdio detalle de mi orgasmo y corrida.
Tras ese instante, una mezcla de vergüenza y miedo me hizo entrar a la habitacion tapandome rapidamente. Me limpie y volvi a mirar a traves del cristal. Su terraza estaba vacia. Ya no estaba. En ese momento imagine que podia haber entrado a su habitacion para masturbarse tal y como lo habia hecho yo. Nunca lo supe y no la volvi a ver. Pero estoy seguro de que asi fue.
Espero que os haya gustado. Una experiencia inolvidable, os lo aseguro.
Mario-Mad (mario-mad-mad@hotmail.com)