Jamás podré olvidar las maravillosas vacaciones que pasé en la granga de mi amiga mónica. Nunca imaginé la verdadera razón por la que Mónica, una mujer mayor pero en buena forma, abandonó una cómoda residencia en la ciudad para irse a tan retirada granja en el campo. Todo empezó en los tiempos que enviudé y empecé a sentirme tan sola y vacía que me encerré en mi apartamento. Mónica, que le daba pena mi situación me invitó a que la visitara en su granja para que disipara. Accedí no muy segura y me dirigí el viernes en la tarde hacia la granja. Al llegar estaba exhausta y decidí tomar una ducha y descansar del viaje, como en la casa sólo estabamos Mónica dejé la puerta abierta de la habitación.
Cuando me bañe me recosté desnuda y rendida, no me di cuenta en el momento, porque habia tenido sueños donde tenía ese tipo de sensaciones. Pero cuando desperté sobresaltada cual fue mi sorpresa al encontrarme un enorme Doberman lamiendo entre mis piernas.
Al principio sentí repunancia e intenté moverme, pero el miedo a que me mordiera hizo que no moviera ni un dedo. Luego, el perro empezó a pasar su larga lengua desde mi clitorix hasta mi ojete e introducir suavemente su lengua en el, tuve que contener un grito de excitación, y el perro comprobando que me gustaba se hizo más osado lengueteaba todo mi culo, su lengua áspera sabía como hacerlo, al principio lo hacía suavemente como probando, luego al saber que le gustaba empezó a mover su lengua con tal rapidez que me provocó que me viniera tres veces seguidas. sin embargo, el animal, no sabia lo que me provocaba. Mis jadeos y mis jugos era lo que buscaba.
Cuando no pude venirme más contemplé con asombro lo excitado que estaba el perro con mis gemidos y movimientos, me dio pena de que el me habia hecho venir tan maravillosamente y yo no a mi querido animal. Así que me arrodille a su lado, tome su enorme bara y de un sorbo me la meti en la boca, el sabor de esa bara erasalado, pero no desagradable.
Comence a chupar su verga con lentitud para luego sentir como se crecía en mi boca más y más según yo aumentaba el ritmo. Un loco impulso hizo que me volteara hacia el perro y le mostrara mi mojado culo, como una perra en calor, el animal de inmediato al ver mi hoyo a su alcance le lanzó una lengueteada y luego me montó como a una perra. Se movía rápidamente, sus movimientos me encantaban, me provoco otra venida mas deliciosas que las anteriores, a la vez el derramaba toda su leche dentro de mi y sentí como me llenaba con su abundante esperma, cuando se separo, le chupe toda la leche que quedaba y me recosté exhausta. Me quedé pensando lo mucho que iba a disfrutar ese fin de semana y como iba a pedirle a Mónica su perro….