Según el diccionario de la Lengua, dícese cabrón a aquel que consiente (y aún procura) el adulterio de su mujer. Así ,yo debo decirles que soy un verdadero cabrón y de los de más mérito ya que va para 25 años que mi mujer me pone los cuernos con gran satisfacción y dedicación. Yo estoy ya en la cincuentena y ella que tiene 48 es morena, tetas generosas increiblemente firmes de pezones oscuros que se empalman al primer roce, su coño muy trabajado está envuelto en un pelo rizo, largo y denso.
Allá por los locos años 70 empezamos con intercambio de parejas, pero luego derivamos a trío con otro hombre, para al final quedar directamente con ella jodiendo con otro y yo mirando y masturbándome. Esta es la opción que mas nos satisface y la que practicamos mas años seguidos hasta que introdujimos otras variantes, como yo espiando desde otra habitación sin conocimiento del amante o simplemente que ella me pone los cuernos a su aire y luego me lo cuenta, porque eso si, siempre supe de todos y cada uno de sus adulterios. Según mis cuentas mi mujer, hasta ahora, jodió con 57 hombres después de casada, que sumados a sus novios y a mi mismo hacemos un total de 62 hombres que nos corrimos con ella ya que , y de eso presume mucho, nunca hubo macho que marchara de su lado sin darle la leche. Puede que en tantos años no parezca un número importante de amantes pero tengan en cuenta que bastantes de ellos repitieron y bastante. Solamente les diré que desde hace tres años tiene un qu! erido fijo, un joven médico casado de menos de 40 años, que se la folla todos los jueves a la hora de la siesta, además está un empresario mayor , de fuera de nuestra ciudad, que lo tiene loco y que la visita o se la lleva por lo menos un día al mes y, por ejemplo, un oficial de un barco de guerra extranjero que se metió en un hotel con ella durante dos días seguidos sin casi salir de la cama.
Yo puedo decirles que me masturbo todos los días oyendo sus relatos en pelotas delante de un espejo o haciendo planes para el futuro inmediato. En esos momentos ella me llama cornudo y cabrón y yo le llamo zorra y puta.
En todos estos años he conocido a otros muchos cabrones e incluso durante unos años creamos un Club de Cornudos Consentidos que luego se fue diluyendo pero con el que disfrutamos todos intercambiando experiencias y a veces, pocas, organizando adulterios compartidos con las esposas y los amantes. Dado que somos una familia socialmente normal nos andamos con mucho ojo y todos los amantes de mi mujer son rigurosamente selecionados por discreción y garantía. Supongo que entenderán que ni enviamos fotos ni buscamos contacto personal. Sólo si ustedes se sienten identificados con el espíritu de esta carta y si son verdaderos cabrones, masturbadores y consentidos, podriamos establecer contacto, para ello adjunto mi dirección.