Cuando tenía mas o menos once años comencé a quedarme en la casa de mi padre.
Era una modesta, de madera techada de zinc, algo despintada, pero acogedora. Allí vivía él junto a su casi esposa, sus dos hijos (mis hermanastros aunque no eran nada de mi padre) y el abuelo. Me encantaba dormir alla. Escuchaba muchas veces caer la lluvia sobre el techo y me era exitante, aunque tenia once años, el pensar que seria interesante tener sexo mientras escuchaba aquel sonido. Dormiamos en el mismo cuarto mis dos hermanastros y yo. Miguel era el mayor, para aquel tiempo tenia mas o menos 18 años, y era el que dormia mas cerca de mi. El otro solo escuchaba musica y se entre- tenia mientras le daba sueño.
Un dia, ya casi las diez de la noche, me puse a hablar con Miguel (media unos 5′ 9′, era delgado, pero con musculos desarrollados, trigueño, ojos café y pelo castaño… y entre sus piernas guardaba un glorioso bulto que cuando se erectaba media diez pulgadas). Me quejaba de calor y el tambien, pero yo lo hacia para asi dormir sin nada de ropa y esperar que Miguel lo hiciera tambien. Y resulto. Me quite mi ropa en la obscuridad, la tire en el suelo y me cubri con mi sabana. El me dijo que no me creia y le dije que como podia demostrarselo con la obscuri- dad. Penso por un rato y me dijo que no sabia, que solo podria demostrarselo tocando. Y le dije que estaba bien. Pasó su mano por debajo de una mesa que nos separaba y comenzo a rozar mis caderas con su mano para luego descubrir mi organo, aun diminuto en tamaño. Pense que su mano se acobardaria, pero no lo hizo… continuo tocandome y logrando en mi la exitacion mas grande de mi niñez. Me dijo que tambien estaba desnudo y que lo tocara para probarmelo. Lo hice.
Y vaya sorpresa. Era todo un hombre presto a una relacion sexual. Su pene era totalmente recto, casi diez pulgadas de rico organo, que se comenzaba a cubrir del liquido que simboliza SEXO. Me dijo que se queria mover a mi cama y le dije que lo hiciera.
Ya en la cama, desnudos los dos, nos tocamos hasta el alma. Yo no sabia mucho de sexo, asi que tenia miedo a muchas cosas. Solo queria que me penetrara, pero no pensaba en cuanto podia doler. Me agarró mis nalgas y comenzo a presionarme hacia su pene, como si quisiera entrarlo por mi propio bicho. Su culo estaba fuerte, lo toque suavemente e intente penetrarle un dedo, y lo logre. Luego el me hizo lo mismo. Me penetro su dedo del corazón, cada vez lo entra- ba mas… y yo gozaba como nunca. Entonces me dijo que me volteara y con mucho cuidado porque su hermano podia oirnos, me voltee. Rozo su bicho entre mis nalgas y solo sentia como sus muchas pulgadas querian entrar, sus bolas eran grandes y casi no tenian vellos. Me exitan los hombres sin vellos en el cuerpo y el era uno de ellos. Ya cuando comence a escuchar sus gemidos en mi oido tambien comenzo a penetrarme su gigantesco aparato (para mi edad era demasiado grande) poco a poco.
Primero entro la cabeza y alli se detuvo, le fue dificil seguir, no estaba muy dilatado mi ano para ser penetrado por algo asi… pero goce. Luego de mas o menos diez minutos de entradas y salidas leves lo saco de mi culo. Yo queria seguir, pero opte por voltearme otra vez y masturbarlo. El se me subio encima y rozamos un rato mas, hasta que se volvio a acostar a mi lado y se halo una paja. Su leche me salpico un poco y solamente la toque y la oli, en ese momento no quise probarla…. hoy me arrepiento. Luego su bicho se bajó.. y regreso a su cama. Todo eso lo repetimos por todo el tiempo que estuve quedandome alli. Pero despues de el conoci a Carlos sexualmente, un amigo mio de la escuela con quien lo hice desde en un baño de un teatro, has en la cama de mi casa… pero esa es otra historia…