Hola soy yo de nuevo, Andrés.
Como ya les conté en mi primer relato, tengo unas hijas gemelas y una de ellas Camila me hizo su amante, de igual forma me confesó que había tenido relaciones lésbicas con su hermana Diana y que ambas habían planeado seducirme.
Pues bien, después de mi primera noche de sexo con mi hija Camila lo hicimos en dos ocasiones posteriores. Se acercaba el día de mi cumpleaños y ellas me invitaron a un restaurante a cenar, la pasmos muy bien comiendo un delicioso risotto, nos tomamos unas cervezas y nos dirigimos a mi apartamento, ya estando en él, ellas partieron un pastel que tenían preparado para mi y me dijeron que faltaba el regalo principal que por favor me sentara en el sillón principal y esperara un poco.
Luego de unos minutos apareció Camila con un pequeño baby dool, coloco música y comenzó a bailar para mi, “te acuerdas de esto papí, es todo tuyo y hoy más que nunca” me dijo con sensualidad. Cuando estuvo completamente desnuda se tendió en el sofá frente al mío y comenzó a masturbarse. De repente apareció Diana, mi otra hija envuelta en una toalla, se paro frente a mi y me dijo: tú crees que mi cuerpo es igual a de mi herma, somos gemelas no? Yo estaba mudo, paralizado. Ella se despojó de la toalla y pude ver su cuerpo hermoso, bronceado y con unas tetas maravillosas que a diferencia de Camila tenia los pezones más oscuros y pequeños. Su chocho estaba a medio rasurar. Se agacho, me dio un beso en la frente y me dijo: ahora vas a gozar papí, no te muevas. Se dirigió hasta donde estaba Camila y comenzaron una faena de caricias deliciosa, en ese momento yo ya estaba con una gran erección.
Camila metía su lengua en lo más profundo del chocho de Diana mientras se metía sus dedos en su concha húmeda, al rato me obsequiaron un fabuloso 69 lésbico que me puso al 100, saque mi miembro para comenzar a masturbarme y Diana me grito Nooo, prohibido señor, es de nosotras y nada más. De inmediato vino hacia mi, se inclinó y comenzó a besarlo delicadamente, Claudia se ubicó detrás de Diana y comenzó a lamer su culito, yo no salía del asombro, mis dos hijas me estaban dando placer como nadie lo había hecho. Camila se ubico al lado de Diana y ambas me lo chupaban de una manera extraordinaria, no pude evitarlo mi leche broto de improvisto y lleno la cara de Diana, Camila lamio la leche de la cara de su hermana y luego se dieron un gran beso, permitiendo que se filtraran algunas gotas de semen por las comisuras de sus labios.
Diana se puso de pie y me dijo: ahora vas a ver lo que es bueno, yo no soy virgen como lo era mi hermana, pero tengo para ti mi culito que esta intacto y hoy me lo vas a romper papí.
Me tomo de su mano y me llevo hasta la habitación, Camila venia atrás. Me tumbaron en la cama y de inmediato Diana puso su chocho en mi cara, mientras Camila chupaba mi pene de nuevo, mi fantasía de estar con dos mujeres me la estaban cumpliendo mis hijas.
Diana seguía con su chocho en mi cara mientras Camila se sentó sobre mi introduciendo todo mi pene en su chochita, se movia de una forma estupenda, luego Diana la quito de ahí y me dijo: llego la hora de romper mi culo pá, se acostó boca arriba, levanto sus piernas y Camila lamia su culito para lubricarlo, puse mi pija en la entrada de su culo y comencé a meterlo despacio, ella emitió un gran gemido ante el cual me detuve, de nuevo un grito de ella nooo pares, metelo ya todo por favor, de un solo golpe lo meti en el culo de mi hija y comencé a bombear de atrás a adelante, Camila se puso de rodillas junto a ella permitiéndole lamer su chocho y meterle los dedos en su vulva.
Diana estaba en el límite del clímax, de repente estalle dentro del culo de mi hija, mientras ella daba gritos de placer, saque mi pene y de inmediato Camila se dispuso a limpiarlo con su boca. Luego me recosté en medio de mis dos hijas y nos quedamos dormidos.
Esta fue la primera de muchas orgias familiares, pues luego se sumaría a nuestro clan mi sobrina que vino a pasar vacaciones conmigo, pero eso se los contare más adelante.