estoy solo en casa. vivo en un pueblo de los pirineos en alta montaña, 4 casas y nada mas. tengo 26 años, soy inquieto y con ganas de probar de todo. llueve mucho. las tormentas de montaña son siempre de miedo. tengo la chimenea encendida y estoy delante con poca ropa y una manta que me cubre. de repente suena la puerta. voy a abrir sin tener en cuenta que voy en boxer y llevo una camiseta de esas de calvin klein que tanto me gustan. marcan mucho pectoral y eso me gusta. al abrir la puerta me encuentro un chico de 28 años mojado de arriba a bajo pidiendome alojo. su coche se a averiado de lante de casa y no tiene donde ir. lo invitoa pasar sin reparar en su fisico. le invito a calentarse delante de la chimenea con un cafe cosa que agradece. ni corto ni perezoso, y supongo que al ver que yo estaba ligero de ropa se despojo poco a poco de la suya que estaba empapada. sequito el jersey, luego los tejanos y viendo mi cara de sorprendido me dijo que le perdonara pero que lo habia hecho instintivamente, si no le molestaba. yo le dije que no, para nada que era normal que se quitara la ropa mojada. le ofreci alguna prenda mia a lo cual dijo que si pero que solo le dejara unos slips, que queria ir ligero mas o menos como yo pues alli hacia calor. mientras su ropa se secaria delante del guego. Esa osadez me estraño aunque pense que al ser dos hombres pensaria que no pasaba nada por estar semidesnudos. al fin y al cabo yo lo estaba. lo que el no sabia es el peligro que corria conmigo. cuando volvi con los slips, estaba ya desnudo como dios lo trajo al mundo. y dios mio como lo trajo dios al mundo. no habia aun reparado en el, pero ahora era inevitable. Juan, asi se llamaba, era moreno, media 1,80 y estaba muy fuerte. cuando digo fuerte digo fibrado, con los musculos bien marcados pero no como los tios esos de pesas tan inchados. estaba cachas y guapo. el torso fuerte y marcado cubierto por una fina capa de bello era precioso. mis ojos recorrieron su cuerpo, sus abdominales marcados y siguieron el camino que marcaba el bello de su abdomen hasta llegar a su rabo. no voy a decir que media algo exagerado ni 24 ni 22 cm. mas o menos unos 18 cm. pero era precioso e invitaba a ser deborado. sus piernas fuertes culminaban esa escultura tan bien hecha. tenia los ojos azules. dios moreno con ojos azules, y barba de dos dias. era un adonis. estaba empapado. se dio cuenta de mi inspeccion y se tapo con mi manta. yo me ruborice y pense que se me habia notado mucho y eso le habia molestado, lo que me dejaba sin opciones. Se puso los slips y acto seguido se despojo de la manta para arrodillarse delante del fuego. yo estaba dentras de el mientras este comentaba el incidente que habia tenido, de donde venia y que no tenia donde ir. Mientras el hablaba y hablaba, yo obseravba su espalda fuerte sin hacer caso a sus palabras, y mientras mi mente entraba en fantasias lujuriosas con aquel cuerpo. De repente se giro y me dijo: «estas en otro mundo!! te he preguntado si vives solo y no contestas!» «si vivo solo, no tengo compañia aunque me gustaria tenerla. Las noches acompañado son mas llevaderas» «no hay chicas por aqui» «si claro pero no busco eso» aquella frase salio de mi boca con mucha intencion. «si buscas lo que pienso tal vez estes de suerte?» contesto sin girarse. Dios, habia oido bien aquello? se estaba ofreciendo? «te busco a ti Juan, creas o no, sabia que algun dia llamarias a la puerta» Se giro de pie delante mio y me dijo que me ofrecia su cuerpo a cambio de alojamiento esa noche. Me levante, me puse delante suyo y levante los brazos invitandolo a quitarme la camiseta. Respondio como esperaba y lo hizo. Pegue mi cuerpo al suyo y nos enlazamos en un beso apasionado. Milengua dejo su lengua para recorrer su cuerpo salado hasta llegas al pecho donde jugo un bien rato con sus tetillas mientras mis manos manoseaban ese pecho. Luego le bese las axilas. Aquello me ponia porque era una parte muy macho, muy viril. Me arrodillo y contemplo su pene erecto delante mio. «pruebalo, esta saladito» Lo introduzco en mi boca chupandolo entero de arriba a bajo con fuerza dede un principio para que viera que no gastaba bromas y que iba a por todas. Mientras mis manos agarraban sus nalgas indicandole el va y ven que tenia que hacer cun su cintura para meterme y sacarme la polla de la boca. No aguanto mucho y derramo su leche en mi cara. «Ya has acabado» le dije «yo necesito mas eso era solo el preambulo» Lo meti a cuatri patas y me prepare para embestirlo por detras. Ese tio tenia el ano muy dilatado. Era un experto en ser penetrado. No lo dude y sin lubricar empece a introducir mi capullo en su culo prieto. Gimio con fuerza. «Vamos no te cortes quiero tenerte dentro» De una embestida entro todo y empece a follarme a ese macho como un loco. Cada vez mas rapido y mas fuerte. Que gemidos y que placer. Estaba chorreando de calor. Elfuego al lado me estaba quemando, el fuego y la pasion acumulada. Se le veia un cuerpo precioso con la penumbra del fuego. Me recoste encima suyo mientras le daba por detras, mi pecho sobre su espalda mientras mis manos acariciaban su pecho. Baje una mano hacia su polla y la palpe empalmada de nuevo. «Te gusta que te follen eh!!! disfrutas con mi sexo verdad!!! te voy a reventar este culo tan bonito que tienes!!!!!» Me mano pajeaba su miembro que empezaba a derramar liquido. Lami mi mano mojada de su sexo y oli mi mano para sentir el olor de su miembro. «Hueles a macho cabron, a macho en celo!!!» Segui pajeandolo mientras lo enculaba recostado en su espalda como dos perros en celo. Mi otra mano acariciaba su torso mojado. Dios como me gusta tocar el torso de una macho. Acelere mis enbestidas a la vez que lo pajeaba mas rapido. Gemiamos los dos al compas cada vez mas fuerte y mas rapido. Finalmente nuestros cuerpos completamente tensos, cosa que marcaba nuestros musculos a tope, se arquearon de placer y derramaron su leche. Yo en su espalda y el en el suelo. Estabamos rojos y sudados. Nos chupamos las pollas para limpiarlas y descansamos un buen rato en el suelo, recostado encima de supecho. Asi estos dos hombres corpulentos y machos durmieron entrelazaron para descansar de tal salvajada. Juan se quedo tres dias. No salimos de casa. Desde entonces cada invierno aparece en una noche de tormenta, empapado, para pedirme cobijo. Yo se lo doy. Le doy cobijo y sexo. Sobre todo sexo, mucho sexo.