Yo habia ya andado bastante caliente en aquellos dias, coquetando con un amigo de la oficina, o mas bien, un empleado, llamado Ruben; este era un joven bastante atractivo, alto y buen mozo, que se veía le encantaban mis piernas cuando iba yo con vestidos sexys y le dejaba ver accidentalmente, mis piernas; pero ese dia nos quedamos a trabajar un poco mas.
En un momento estabamos los dos charlando, y un rayo de exitacion creo nos tocó a los dos. no quize perder la ocasión, asi es que le dije: «pero Rubencito, si solo le haces aso a otras, y no te das cuenta quien te quiere divertir». él joven contestó «divertir??». yo me rei y di unos pasos adelante, luego me incliné frente a el, disque buscando un expediente, y dejando que mi minifalda le mostrara lo suficiente, y las palabras fueron ya innecesarias, él se aproximó a mi, y nos dimos un tórrido beso. su lengua me la metió creo hasta la garganta. «te deseo muñeca, quiero que seas mia» -dijo a mi oido. La temperatura de los dos bucia rápidamente.
Realmente ya no podia detenerlo, pues ya lo tenia encima de mi besandome y recorriendo con sus fuertes manos por todo mi cuerpo, realmente no opuse resistencia, al contrario, mi mano busco enseguida tocar el pantalon para ver el tamaño de su pene y. guau. era grandeee, yo ya lo queria en mi, pero a pesar de estar solos, hay personas que vigilan de vez en vez el piso, por lo que una lucha de «no te van a ver» se inicio en mi interior, era una sensacion rara, pero fue mas la exitación, asi es que me deje llevar, mis labios y sus labios se fundian en incesantes besos, no tardó él en desabrocharme el vestido, que felizmente me puse ese dia, pues los botones estan por enfrente, y como era de talle corto, cayó rapidamente al piso, él se detuvo un poco, se echo para atrás para verme:. un minúsculo sosten rojo que dejaba desbordar mis senos, y unas pantimedias con abertura de frente, «especiales» para esta ocasión, la verdad es que me las puse en la mañana de ese dia pensando en que algo podria ocurrir, y efectivamente Sin decir palabra, se hinco frente a mi, y hundió su cara en mi sexo, casi desgarrándome antes la breve tanguita (bragas), y oliendo mis humores con placer, mientras sus nalgas agarraban mis nalgas habilmente, al tiempo que uno de sus dedos entraba en mi orificio trasero, causandome aun mas espasmos de placer. mmmm era riquismo sentir aquel hombre a mis pies, como adorandome, oliéndome, ensalivándome y que caray. fanltándole al respeto a su jefa¡¡¡ pero luego de un rato le dije..basta, quiero sentir tu verga aquí, y se incorporo, para desabrocharse ese pantalon entre risas.. aquella carne inmensa salió a la luz. Estaba con una erección de miedo. riquisima » con razón tienes tanto éxito con las mujeres amor» le dije-, . y claro, tenia yo que pagarle el favor, por lo que me hinque y le lami esa verga inmensa, tenia yo que dejarla bien lubricada para cuando me penetrara, pense.
Pero, para mi sorpresa cuando al fin me incorpore despues de saborear esa carne y esos huevos peludos y enchidos de semen, , el me dijo, volteate. pero, le dije.. y el casi me forzo, agachandome y recostandome de frente a un escritorio, al tiempo que me tomaba de las caderas y abría mis nalgas, para dar paso a aquel monstruo de pene que tenia, al principio senti algo de dolor, pero el placer la exitacion fueron mas fuertes otra vez. entraba y salia, entraba y salia. el sexo anal es mi especialidad, asi es que me deje llevar y penetrar. el me tomaba de los hombros como queriendo meterlo mas, y mas, pero los momentos vividos y su exitacion no pudieron evitar mas que estallara.
Me vengoooo, tómalaaa¡¡¡ -gritó, mientras sentia yo como chorros y chorros de semen se desbordaban inundando mis entrañas, escurriendo por mis muslos, fue algo increíble, luego me voltee y nos dimos un beso muy largo y apasionado..era mi nuevo amante; hasta ese momento fue cuando todos sus gemidos me hicieron temer que nos podrian escuchar. vaya escena.
Ese fue mi primer encuentro con él, ah y no debo omitir contarles que ese dia regrese de inmediato a casa, mi esposo estaba recostado en cama, descansando, llegue y lo mire con una sonrisa picara. «que traes amor» le dijo, yo me sonrei y me desabroche el vestido, quedando otra vez en mi sensual ropa interior. «adivina que te traje amor» le dije, al tiempo que me montaba en él, o mas bien, que me montaba en su boca, haciendole oler y saborear todo aquel semen. la exitación volvió aprenderme, mi esposo se dedico a mamar, a mamar, y mamar,,. yo sabia que estaba dándole el nectar de vida blanco de otro, lo que me encendia mas, . estaba yo fuera de mi, me acariciaba los senos, me tocaba las nalgas junto con sus manso, queria mas y mas. hasta que estalle ahora yo, dejando fluir aquella mezcla de jugos de mi propia vagina junto con los de Ruben y la saliva de mi esposo. fue un postre sensacional. que volveré a repetir¡¡¡¡