Creo que jamás podré olvidarme de mi servicio militar, estabamos haciendo maniobras y llevábamos 2 meses de instrucción conviviendo los 25 soldados con 2 suboficiales y 2 oficiales en una gran carpa en el medio del campo de una provincia argentina. Hasta entonces todo era nuevo, sacrificado, muchas jornadas de gimnasia e instrucción militar. Todos estábamos de 5 a 10 kilos más flacos de lo que habíamos entrado. Cuando a uno de mis compañeros se le ocurrió pedir permiso para hacer un asado esa noche y pidió colaboración económica a todos incluso los suboficiales y oficiales (Fuimos al pueblo compramos lo necesario y llevamos varias botellas de vino, wisky,etc.) Comenzamos a preparar la comida entonándonos con las bebidas que tomamos generosamente, luego comimos y continuamos bebiendo, riendo y tomándonos el pelo unos a otros, se generó un torneo de quien tenía la pija más grande, luego quien se hacía la paja y acaba más lejos y así llegamos a la carpa a dormir; basta! ntes calentitos y jodones. Alguien se puso en bolas y empezó a franelar a otro, como quien no quiere la cosa de pronto vi que un colimba le estaba mamando la pija a un suboficial. En ese momento uno de los oficiales dijo que apagaran las luces y se acostaran y allí fué que alguien empezó a acariciarme suavemente las piernas luego se apretó a mi y noté su pija enhiesta contra mi estómago y acercándose me beso apasionadamente con un beso de lengua que nunca había experimentado ni con hombres ni con mujeres, es más creo que luego de ese beso supe que jamás me habían besado, me acarició el paquete y me bajó el calzonzillo, me chupó el nabo, los huevos y me acostó no se donde chupándome el culo de una manera loca, yo estaba que explotaba, quería más de todo y seguir, seguir, cuando me introduzco un dedo que noté mojado mientras me seguía chupando el nabo. En ese momento me giró y noté su pija que empujaba despacio y mientras besaba mi cuello me decía respirá hondo con la boca a! bierta, jadea y yo me dejé hacer el culo, me penetro suavemente y más que hamacarse se movió al compas de mi cuerpo hasta que sentí como una enorme enema me llenaba de guasca todo el cuerpo a la vez que me iba en seco de la calentura. Tuve que levantarme y correr hasta las letrinas, sentí que me cagaba encima. Así fué mi primera vez no se con quien pero quisiera saberlo para repetirlo. Lo traté de encontrar a la vuelta pero se había ido. Seguí acostandome con todo el que pude mientras me duro ese servicio militar pero ninguna era esa pija suave de la que cuando me acuerdo me caliento.
Creen que todo terminó allí, no la encontré y hace exactamente 15 años que me la sigo comiendo, cambié mi vida, vivo con él y lo cuido de cualquier imagen negativa y sigue calentandome locamente. Cuando me dieron la baja al entregarme la libreta que decía haber cumplido mi obligación militar el oficial que me la entregó me dijo muy bajo no olvido el asado que comimos hace mucho tiempo y quisiera volver a cenar con vos siempre que no corrás al baño después de acabar. Juro que no corro más que me quedo hace 15 años muy quietito a su lado después que me llena para no perder una gota de su hermoso semen y eso que yo ya tengo 35 años y él 50 lo amo.