Les voy a contar lo que me pasó hace unos meses en la oficina donde trabajo. Hace como año y medio entró a trabajar una chica a la oficina como secretaria, a la que voy a llamar Karina, tenía veinte años, morena, de grandes ojos negros, de aproximadamente 1.60 metros y un cuerpo en verdad hermoso, grandes senos y hermosas nalgas, casi siempre iba vestida de minifaldas que le llegaban a la mitad del muslo, desde que la vi quedé impresionado con ella. Yo soy moreno de 1.65 metros, no-mal parecido, casado y tenía 28 años, en ese entonces era el sub-gerente de la oficina y por lo tanto tenía trato con ella, poco a poco fuimos haciendo amistad y me contaba los problemas que tenía.
Nuestra amistad fue creciendo y después me permitía que la tocara hasta que logré agarrarle las piernas y luego la empecé a manosear, agarrándole incluso los senos. Tiempo después la gerente renunció y yo ocupé su cargo, por lo que Karina fue mi secretaria. Las cosas continuaban igual hasta un día en que hubo muchos ingresos, yo llevaba la contabilidad de la oficina y tuve que hacer las fichas de depósito en otra sala a la que nadie tiene acceso, ella me ayudaba a llevar el dinero y cerró la puerta, quedando los dos solos, cosa que yo aproveché para empezar a manosearla y agarrarle las piernas y senos, luego le empecé a besar el cuello y la boca, ella solo cerró los ojos y no dijo nada. De pronto reaccionó y salió de la sala… Al día siguiente no me quería hablar, cuando nos quedamos solos le pregunté que por qué y me dijo que yo era casado y ella tenía novio y que no podía ser lo nuestro, además de que ella era virgen y tenía miedo de que pasara algo más entre nosotros, yo le dije que no volvería a ocurrir, pero que me dejara darle un último beso a lo que ella accedió, cosa que aproveché para agarrarle las nalgas debajo de la minifalda negra que llevaba, luego se fue.
Un día en que como costumbre nos quedamos solos, cerré la puerta de acceso al edificio y me puse a platicar con ella, como siempre la empecé a abrazar y a tocarle las piernas, llevaba una minifalda negra con botones al frente, y cuando se sentaba me mostraba las bragas transparentes que llevaba, y una blusa blanca ajustada con la que se le notaban aún más los hermosos senos que tiene. La abracé por atrás y le agarré los senos, la empecé a besar en el cuello y las orejas, lo cual la encendió bastante, le di vuelta y le di un beso en la boca, metiéndole la lengua hasta el fondo, ella no puso resistencia y yo continúe besándola, su respiración era entrecortada y poco a poco le fui levantando la blusa, por fin iba a ver esos senos que por mucho tiempo me había imaginado, le quité la blusa y le desabroché el brasiere y quedaron al descubierto unos enormes senos coronados por una pequeña aureola, apenas un poco más oscura del color de su piel y un pezón pequeñito, pero bien erecto, me los metí a la boca y los succioné con avidez y los mordí, ella me dijo que continuara y tomé el otro seno e hice lo mismo, me desabroché el pantalón y me saqué la verga guiando sus manos a mi aparato, ella lo tomó con las dos manos y lo empezó a acariciar, sentí que la sangre me hervía y le mordí los senos, le pedí que me la mamara a lo que ella no quiso acceder, pues como dije es virgen, yo le insistí y la senté en una silla, le pasé la verga por la punta de los senos cerrando ella los ojos del placer que le causó, coloqué mi verga entre las dos tetas y las apreté contra mi aparato y empecé a bombearlas, ella permanecía con los ojos cerrados y gimiendo, luego le insistí en que me la mamara y ella accedió, por fin sentiría su boca rodear mi verga, cuantas veces había soñado que esto se hiciera realidad.
Se la metió casi toda y empezó a meterla y sacarla, no parecía que fuera la primera vez que mamara una verga; Nunca se lo pregunté, ya que cuando le insinuaba que no era virgen se enojaba y no quería perder la oportunidad de cogérmela; Me la mamó durante un buen tiempo sin meter las manos sólo con la boca, hasta que hizo que me viniera en su boca, cosa que ninguna mujer con las que me había acostado ha logrado, se quedó con la verga dentro de su boca hasta sacar la última gota de semen, pero no dejó que se pusiera flácida, la siguió mamando para que permaneciera erecta, yo la levanté y la besé en la boca, le quité la falda y le bajé las braguitas que llevaba puestas, su pubis era peludo, demasiado peludo, se veía hermoso, no me dejó que se lo mamará, me dijo que eran ideas suyas y sólo una vez se lo mamé un instante, me dijo que no la penetrara ya que si lo hacía me acusaría de violación y me tuve que quedar con las ganas de desvirgarla, me senté en la silla y ella se montó en mi, permitiendo solamente que mi verga le rozará el clítoris y la raja, se movía frenéticamente y empezó a decir:
-Papito, más papi!- y sentí que tuvo un orgasmo que baño toda mi verga, yo no me quería quedar con la pura mamada así que abrí sus nalgas y le metí un dedo en su culito. -Papi qué me haces!??- me dijo.
-Te gusta?- le pregunté y ella me dijo que si, así que lubriqué bien su culito y en una de esas que se levantó le puse la verga en la entrada de su agujerito, ella abrió muy grandes los ojos y sonrío, poco apoco se la fui metiendo, estaba apretado, muy apretado, me costó trabajo que entrara.
-Me duele!- dijo, pero no paró hasta que entró toda la verga, yo no hice ningún movimiento para que no la lastimara y se saliera.
Dejé que se relajara su esfínter y empecé a cogérmela, ella estaba con los ojos cerrados, le tomé los senos y los mordí ella gemía de placer y no paraba de moverse, me levanté de la silla con mi verga incrustada dentro de ella y la acosté en el escritorio y empecé a bombearla con fuerza, ella solo pedía más.
-Papito, qué me haces!?? Sigue, sigue- me decía, cuando sentí que me venía arrecie los embates y le dije:
-Quieres que me venga dentro?.
-Si, si quiero sentirlo!- contestó ella y me vine dentro de su culito.
Estuvimos así un rato hasta que se lo saqué, ella me dio un largo beso y se fue al baño a arreglarse, yo me fui al baño de hombres y al estarme aseando vi que mi verga tenía unas gotas de sangre de su culito al cual desvirgue. Después de esa tarde nos vimos muchas veces, aún después de que ella salió del trabajo, asiste a mi oficina cuando menos tres veces a la semana para que me la coja por el culo, ya que no me permite que la penetre vaginalmente, me dice que si fuera soltero si lo permitiría ya que tendría la esperanza de casarse conmigo, pero esto no es posible y me tengo que conformar con las mamadas que me da y con cogérmela por atrás.