Tenía 13 años en ese entonces, las hormonas estaban que explotaban por el deseo de ver mujeres desnudas, robaba las revistas porno y me masturbaba, pensando en mis vecinas (las más sabrosas) y mis compañeras de escuela.
Cierto día iba entrando al cuarto de mi tía Ana, yo no sabía que estaba vistiéndose, y al abrir su puerta ahí estaba ella, con su pantaleta negra que le marcaba de una manera deliciosa su vagina, y ese brassier con encaje negro, ella me corrió de su habitación, pero a partir de ese día todo cambiaría, ella tenía 25 años, delgada, piel clara, senos chiquitos pero redonditos, piernas torneadas y unas nalgas bien paraditas.
Desde ese día yo miraba a mi tía con deseo, se ponía sus pescadores y se marcaban sus tangas, usaba jeans ajustados y esas nalgas eran exquisitas, yo ya no miraba a mi tía como lo que era, yo quería coger con ella.
En las mañanas que me quedaba solo, yo me metía a su cuarto y buscaba en el cajón de su ropa interior las más exquisitas prendas, tenía tangas, cacheteros, etc…, las olía, las metía a mi boca, posteriormente me masturbaba con ellas, pero nunca sin venirme ya que me podía cachar, diario hacia eso, en especial una tanga rosa que ella solía ponerse mucho, lo sé porque era la que más colgada en el tendedero estaba al salir de bañarse, me encantaba ver las prendas con las cuales me había masturbado tendidas, sabía que mi pene había estado en ellas y ella las usaba sin saber nada, eso me prendía.
Un día al meterme a bañar, al tomar el zacate me lleve una gran sorpresa, pues mi tía había olvidado una tanga amarilla, yo la tome y la olí, olía rico, a mujer, a su vagina, yo estaba extasiado, me empecé a masturbar, fue tanto mi deseo que no me medí y me vine en ella, la tanga estaba algo húmeda debido a que mi cuerpo estaba mojado, me dio miedo y la deje con mi semen en el lugar donde la tome, me salí de bañar y rece para que no se diera cuenta, mi sorpresa fue mayor en la tarde, ya que al entrar en la cocina, ella estaba sentada casi entrando y pude ver como de su pantalón se asomaba aquella tanga con la que me había masturbado horas antes, inmediatamente fui al baño para verificar que fuera esa, por más que busque esa prenda no estaba, ni tampoco estaba tendida, imagine que no se había dado cuenta ¿O sí?. Mi mente comenzó a divagar, deseaba tanto a mi tía que pensaba cosas súper sucias.
Así pasaron varios años, me masturbaba con su ropa interior, tanto la limpia, como la que “olvidaba” en el baño (en la cual podía venirme sin temor), cuando cumplí 16 años yo seguía deseando a mi tía, ella era mi deseo sexual, y estaba imaginando cualquier forma de poder cogérmela, deseaba meter mi pene en su ano, una noche me quedé a dormir en su habitación, ya que había visitas familiares, y yo pues era de más confianza, esa noche yo dormí en el suelo, como a las 2 de la mañana se me ocurrió la loca idea de tocarla por encima de las cobijas, y como ella tiene el sueño pesado pues no lo iba a sentir y ataque, ella daba la espalda a mí y pude tocar sus nalgas, así estuve varios minutos hasta que ella se movió y quedo boca arriba, vaya susto que me dio, noté que parte de la sabana se había movido y me dejaba ver su abdomen, el cual estaba muy bonito, metí mi mano poco a poco y lentamente, al ver que ella no reaccionaba, decidí levantar toda la sabana y ahí estaba, dormida sólo con una pantaleta blanca, sus senos quedaron al aire, eran hermosos, tenía unos pezones chiquitos pero que se antojaban, los toque lentamente con mis dedos, hasta que me atrevía a tocarlos con toda la mano, ella seguía sin reaccionar, así que los chupe, eran saladitos, pero que rico sabían, baje mis manos a su vagina y la toque por encima de la prenda, pero me atreví ir más allá, así que con la mano derecha baje la prenda poco a poco y al ver aquel suculento manjar depilado decidí introducir mis dedos en su rajita, pfff era tan delicioso, saque mi mano y metí la izquierda para empezar a masturbarme con la derecha, estaba tan caliente que no aguante mucho y me vine, aventando mi semen sobre su cuerpo, me espante, pues no sabía qué hacer, lo que se me ocurrió fue untarlo en ella para que se secara de manera rápida, y así lo hice, subí su panti, y cuando la iba a tapar, note que ella tenía la boca semi abierta, no resistí la idea de meter mi pene en aquella cavidad, así que espere a que volviera a estar fierro, y poco a poco lo introduje entre sus labios, fue tan delicioso, pero sus dientes me lastimaban, sólo hice el movimiento de cogérmela por la boca como cuatros veces y me volví a venir, esta vez avente mis mocos dentro de su boca, ahí si no supe que hacer, así que la tape rápidamente y me acosté rezando para que no se diera cuenta de mi pendejada.
Después de esa noche mi tía me empezó a tratar de mejor manera, me invitaba cosas, salíamos juntos, platicábamos todo, nos volvimos mejores amigos, y a menudo me invitaba a dormir a su cuarto con el pretexto de que veríamos películas, en todas esas ocasiones tocaba a mi tía. El día de mi cumpleaños 17 ella me volvió a invitar a ver una película, y por más que yo quería que se durmiera ella no lo hacía, yo seguía durmiendo en el suelo.
-Ivan, sube a mi cama, la película que veremos ahorita es de terror y me da miedo-
Inmediatamente lo hice, sabía que esa noche podría pegar mi cuerpo a ella y hacer como si me la cogiera, a mitad de la película ella me abrazo argumentando que le daba mucho miedo, pero mi sorpresa fue mayor cuando ella subió su pierna izquierda sobre las mías, yo a estaba bien fierro, y ella lo noto ya que movía su rodilla hacia mi pene en repetidas ocasiones, al terminar la película yo no quería moverme ya que me daba pena que me viera la verga parada.
Eran aproximadamente las 3 de la mañana, ya todos dormían en mi casa excepto ella y yo, -¿Quieres que ponga otra película?- me dijo, -Si, ¿Por qué no?- conteste, entonces ella se pasó encima mío, quedando montada, mi pene se pegaba a su vagina pero no podía sentirla del todo ya que estaba aprisionado por mi bóxer, pero ella se empezó a mover de arriba abajo, yo no sabía qué hacer, tomo mis manos y las puso en sus nalgas.
-Tócame Ivan-
Al tocarla note que no estaba usando nada, estaba desnuda sobre mí, así que apreté sus nalgas y las empecé a sobar cachondamente, ella con sus manos bajo el elástico de mi bóxer, saco mi verga y se la metió de lleno, yo sentí muy deliciosos, era mi primera vez y con la mujer que tanto deseaba…
-¡Ay que rico pene bebé!-
Yo no decía nada, estaba en shock disfrutando el momento, la acariciaba con ternura, pero a la vez con deseo, se acostó encima de mí y mientras estábamos en el mete y saca yo mamaba sus senos, una y otra vez estuvimos así, en la habitación se escuchaban nuestros gemidos y el golpeteo de los nuestros cuerpos
-Ah, tía, que rico coges-
-Si mi niño, lo sé, ¿cómo no coger así con mi sobrino consentido?-
-Ahh si, Aaah si, que delicia, tienes una vagina muy suave Aaah-
-Ahh si, siii, sigue, siiiii ahhhh, ahhhh Mmmm ummm ahhh aaaaaaahhhh-
Y se arqueo, de pronto una oleada de humedad invadió mi pene, dejé de moverme, para dejar que ella se recuperara, al hacerlo regresé al bombeo en su vagina y minutos más tarde le dije
-¡Me vengo!, Aaah quítate de encima!
Pero no lo hizo, y todo mi semen quedo dentro de ella, seguimos con las caricias, los besos,
-¿Te gustó bebé?-
-¡Mucho!-
-¿Qué se siente que tu sueño se haga realidad?-
-¿Qué?, ¿De qué hablas?-
-No te hagas, si bien que dejas con olor de tu verga mi rompa interior limpia, y llenas de semen mis tangas que te dejo en el baño, ya tiene años que sé que lo haces, y decidí darte un buen regalo de cumpleaños-
Me sorprendí al escuchar eso, pero agradecí el regalo con una rica chupadita de nalgas, ano y vagina.
Después de ese día ella y yo cogíamos cada que teníamos oportunidad, a veces me la chupa de rápido antes de irse a trabajar, o en la cocina, en el baño, yo lamo sus tetas, toco sus nalgas, esto aunque estén los demás de la familia, procuramos hacerlo a escondidas, en la azotea, en la sala, en mi cuarto, en el suyo, en el patio, etc…
Han pasado 3 años de esa primer cogida, pero no fue la última, este y el día que por primera vez me la cogí por el ano jamás lo olvidare, y pensar que todo empezó cuando la vi en ropa interior…