Conocí a Rafo por el chat, conversamos al msn varias noches hasta q coordinamos encontrarnos en un centro comercial. Me dijo ser casado, 42 años, ingeniero, gordito, moreno. Ya era de noche cuando un moreno, gordo se me acercó risueño, su rostro no era bonito pero si muy masculino, su trato muy educado. Conversamos unos mins y me dijo «eres serio, me agradas mucho, vamos a mi oficina», asentí, caminamos al estacionamiento y subimos a su camioneta, 15 mins después ingresamos a un edificio y en el tercer piso su oficina. Apenas un instante de conversa y me abrazó y besó, su cuerpo era cálido, afectuoso, le observé pelos en brazos y pecho. Abrazados me condujo a una hab donde vi una cama, le dije q quería orinar y me indicó el baño. Al terminar entre a la hab donde ya estaba Rafo desnudo completamente, echado sobre la cama con su gran culo expuesto. Deleitándome viéndolo me empezé a desvestir silencioso y dejé mis ropas sobre una silla.
Los pies grandes y gordos de Rafo sobresalían de la cama, puse mis rodillas en contacto con sus pies y los acaricié suavemente, estaban muy calientes y tenían pelos en el empeine, en realidad Rafo tenía pelos en todo su cuerpo, no abundante pero si lo suficiente para calificarlo de oso creo. Seguí acariciando sus grandes pies y los rozaba con mis muslos velludos, los dirigí a mi pubis peludo, a mis bolas, a mi verga, sintiendo su calor froté en ellos sensualmente mi sexo endureciéndolo con esa sensación de roce en sus plantas suaves pero calientes. Ya con mi verga erecta besé sus talones y fuí subiendo besando suave y acariciando sus tobillos, pantorrillas, parte post de sus muslos, sus nalgas y espalda, todo su cuerpo era caliente y peludo. Al besar su nuca Rafo gimió y abrió sus piernas, yo sin dejar de lamer despacio su grueso cuello dirigí mi mano a sus nalgas para acariciar su ano, mi dedo medio llegó y él gimió fuerte, lo mantuve allí acariciándolo rico en círculos.
Mi dedo en su ano lo enloqueció, y mas aún cuando lo besé, lamí y chupé allí conociendo su sabor caliente, delicioso. Mi verga estaba fierro y me encimé sobre su cuerpo pegando mi pecho a su espalda, mi pubis velludo sobre sus nalgas, mis pies frotándose con los suyos, mis manos acariciando sus brazos y hombros, mi verga gruesa felíz entre sus nalgas y mi cabezón latiendo tenuemente contra su ano pidiendo entrar a ese paraíso. De pronto levantó un poco el culo y mi cabezón aprovechó y penetro seguro pero despacio disfrutando el sentir sus pliegues y pelos, y sobretodo su maravilloso calor. Preso de su ano empalé seguro hasta el fondo y lo sentí ajustar delicioso. Rafo se incorporó despacio hasta quedar en 4 y yo empezé a arremeter disfrutándonos. Metía y sacaba, metía y sacaba mi verga de su ano y gozábamos mucho, ambos gemíamos de placer, mis manos acariciaban sus nalgas, su pecho, su barriga peluda, mi gozo era inmenso, éste era un gordo delicioso, exquisito, caliente, húmedo.
Rafo excitado se acariciaba el pecho, las tetillas, y yo también lo acariciaba, apretaba sus tetillas, su barriga peluda, sus grandes huevos, su verga. De pronto me dijo «no pares, dame, dame, q me vengooo», con mis dos manos me aferré a sus nalgas poderosas mientras él se masturbaba, su ano latió fuerte y ajustó rítmicamente mi verga y me empezé a vacear fuerte dentro de él mientras él también tenía un orgasmo poderoso, rugió fuerte y cayó pesadamente sobre la cama conmigo encima, al caer con él mi verga penetró aún mas profundo en Rafo desesperándonos de placer. Poco a poco quedamos quietos, su ano latía y mi pene también, un orgasmo total, placentero, relajante. Quedamos dormidos en esa posición como 20 mins y luego nos duchamos juntos, me dejó cerca a mi casa y me convertí en amigo y amante de este gordo oso.