Carlos había decidido su primera mañana de vacaciones ir a una playa solitaria en la que había bastante libertad para tomar el sol desnudo, vestido o como se quisiera. Pues había oído que era una playa donde chicos y no tan chicos gay a veces iban a ligar y mantener encuentros de alto contenido sexual en lugares apartados y estaba curioso por conocer ese ambiente desde hacia tiempo.
Llegó a la playa temprano y extendió la toalla. Se sentó encima vestido solo con el bañador a leer un libro. Luego se tumbó boca abajo después de darse crema protectora en la espalda o por lo menos intentarlo. Estaba con el bañador puesto, pero notó que en verdad la mayoría de personas estaban tomando el sol con muy poca ropa por decir algo. Entre los hombres y chavales no había casi ninguno con bañador salvo uno que estaba en una esquina lejana con una mujer la cual estaba solo con la parte de abajo del bikini. Carlos resolvió despojarse del bañador y se volvió a tumbar desnudo con sus nalgas al aire, cerró los ojos para disfrutar de la nueva sensación pero sin estar dormido hasta que sintió que alguien le tocaba en la espalda y le decía que mejor se echaba más crema.
Él levantó la vista y vió a un joven moreno claro que rondaría los veinte años, de torso sin vello y cuerpo muy fibroso que con una bonita sonrisa le miraba con unos ojazos negros y le ofrecía amablemente un bote de loción contra las quemaduras del sol. Carlos no se lo pensó y le dijo que él no llegaba bien a toda su espalda y que si era tan amable de ponerle él la crema. El chico parece que era lo que estaba esperando porque puso una sonrisa de oreja a oreja y echó varios chorretones de crema en la espalda del hombre. Luego con las dos manos empezó a extenderla aunque más bien parecía que lo que estaba haciendo era darle un masaje en toda regla porque se concentraba en cada centímetro de su piel. El chico después de un rato llegó al final de la espalda. Allí paró y echó un poco más y una parte de la crema fue rodando lentamente entre sus nalgas y fue a parar a su ano. Carlos no podía creer lo que le estaba pasando, estaba dejando que un chico guapo completamente extraño le diese un masaje super erótico en la espalda y ahora sus nalgas y lo estaba disfrutando sobremanera.
El chico con las manos masajeaba las nalgas hasta que con la punta del dedo recogió parte de la crema y la fue extendiendo por la hendidura del culo hasta llegar al agujerito y empezó con un suave masaje a acariciárselo muy lentamente hasta que logró penetrarlo con el dedo medio. Carlos le miró como sorprendido aunque más bien ya se imaginaba lo que iba a pasar y en su cara de sorpresa también se adivinaba una cara de excitación que hizo que el joven se envalentonase y le follase con el dedo de manera descarada, pero claro en mitad de la playa aunque fuera una playa tan liberal no era su plan. Rodrigo, el chico joven, le dijo que si quería que siguiera con el masaje que le acompañase que él conocía un lugar apartado mas discreto.
Rodrigo se puso de pie y se fue caminando por un estrecho sendero hacia un pequeño bosque que había al borde de la playa pero Carlos al principió dudó de seguirlo. Apenas conocía al chaval y no estaba seguro de ir tan alegremente tras él, pero su excitación pudo mas, recogió sus cosas y fue tras Rodrigo. Este moreno desnudo de espalda era espectacular, tenia una piernas bien formadas de futbolista, una espalada ancha y cintura angosta que continuaba con unas buenas caderas que abarcaban unos glúteos fuertes muy masculinos.
Llegaron a un pequeño claro en el bosquecillo, Rodrigo le cogió de los hombros y le besó en la boca suavemente. Los labios de Rodrigo eran dulces y húmedos. Carlos abrió su boca para recibir los y su lengua empezó a recorrer los labios del chico buscando entrar a su boca y se dieron un beso mas profundo. Carlos estaba fascinado, pues además sentía que le había provocado al chaval una tremenda erección. Rodrigo lo besaba con ternura mientras sus manos hábilmente fueron acariciando su espalda, sus nalgas y su culo para luego pasar a la parte delantera y agarrarle la polla acariciándosela muy lenta y suavemente. Carlos encantado con el arrojo de Rodrigo hizo lo mismo con el chaval al cual confesó que nunca había hecho eso antes y que estaba muy nervioso pero emocionado de conocerlo.
Rodrigo con un beso le dijo que callase y que le dejase hacer a él. Hizo arrodillar a Carlos frente a él y señalando su polla le invitó que se la mamase. Carlos estaba sumamente nervioso, nunca había hecho eso y no sabía si sería capaz de hacerlo. Miro aquella verga parada que salía de un bosque de vellos negros fuertes recortados, cerro los ojos y acerco sus labios húmedos a el temblando de emoción. Empezó con suaves besos en el glande descapullado del chico, no le pareció mal y lo comenzó a disfrutar, al rato el chico le pidió que le lamiese el tronco de la verga también y él lo complació, abriendo los ojos, luego Carlos se decidió mamárselo y con los labios lo chupó todo como si fuera un pirulí, metiéndose la verga de Rodrigo mas y mas adentro de su boca y succionándosela con todas sus ganas. Rodrigo emitió un gemido dándole la pista a Carlos de que iba por el buen camino. Con la mano se fue ayudando acariciándole los huevos rasurados del joven. Cuando miró a un lado vio cerca a una pareja de chicos disfrutando en pleno 69 y más allá a otro chaval follando de frente a otro que pedía más. Estas escenas sugerentes de placer consiguieron que Carlos se desinhibiera totalmente y se excitara más. -A pesar de que eres novato veo que lo haces bien y como te has excitado ¿verdad?— le dijo Rodrigo. Carlos sin dejar de mamar, le miro a los ojos y le sonrió feliz de saber complacerlo como él chico quería. En recompensa, Rodrigo le dio una palmaditas en la cabeza que Carlos agradeció.
La polla de Rodrigo no paraba de crecer en su boca. Estaba muy dura y tensa. Con la mano Carlos le masturbaba, lamiéndole el glande y el frenillo con la lengua al mismo tiempo. Rodrigo gemií feliz del placer que le daba Carlos y este entusiasmado disfrutaba del dulce liquido preseminal del chico. Entonces Rodrigo le dijo que había llegado el momento, que se pusiera a cuatro patas, que se relajara, que se lo iba a coger y que disfrutaría como nunca se lo habría imaginado. Carlos accedió y obedeció a su joven maestro. Rodrigo se situó a espaldas de Carlos, de rodillas, con ambas manos le abrió las nalgas y con la lengua fue descendiendo entre sus nalgas hasta llegar al agujero del culo, acariciándoselo con la lengua se lo ensalivó bastante primero de una vez, logrando que Carlos se excitara terriblemente y que acabara por relajarse del todo. -Que rico me lo haces Rodrigo, sabes quiero ser tuyo. exclamo Carlos. No te vas a arrepentir Carlos, contestó.
Carlos estaba sumamente relajado cuando entre sus cosas Rodrigo cogió un poco de lubricante y lo aplicó en el ano del hombre y con un suave masaje introdujo su dedo índice en él. Luego le fue metiendo y sacando el dedo para cuando el esfínter ya no ofrecía ninguna resistencia empezar con dos dedos a follarle. Carlos no paraba de gemir de placer. Ahora Carlos notó entrar el tercer dedo de Rodrigo y antes de que pudiera decir nada la polla de Rodrigo se abrió paso en su interior. Este hizo que se relajara a pesar del dolor que al principio de la penetración sintió. Rodrigo entonces con una mano le fue acariciando la espalda, luego el torso, seguidamente bajando hasta llegar a la verga y comenzó a masturbarle. Oh Rodrigo como me gusta lo que me haces, gimió Carlos.
Rodrigo lo masturbaba suavemente al compás de sus embestidas. Carlos se dejaba a todo como Rodrigo le había pedido al principio y estaba cachondísimo, enfrente de ellos los otros chicos seguían tirando y haciendo 69 y eso hacía que el novato Carlos se excitase más todavía. Rodrigo aumentaba la velocidad de las acometidas lo mismo que de la paja que le hacía a su recién conocido amigo. Estaban en pleno apogeo cuando Carlos no pudo más y eyaculó fuertemente dentro de la mano de Rodrigo y este sacándose la verga al culo de Carlos se masturbó con su leche hasta eyacular sobre la espalda de Carlos.
¿Te apetece que vayamos a las duchas a lavarnos juntos?-le dijo Carlos, que ya estaba envalentonado, a Rodrigo.
Este aceptó pero le llevó a unas duchas que estaban en el módulo de servicios antiguo y que era donde no solía haber casi gente. Allí llegaron y se dio cuenta enseguida Carlos porque había menos gente. Era un solo pasillo con cuatro duchas. Solo había una parejita de chicos jovencitos desnudos jugando en la segunde ducha, ambos con una tremenda erección. Rodrigo y Carlos fueron a la ultima ducha y a la vez que se besaban de vez en cuando se enjabonaban enteritos. Rodrigo se puso detrás de Carlos para enjabonarle la espalda y empezó a besarle en el cuello. Con las manos le masturbaba suavemente a la vez que rozaba su polla, que ya volvía a cobrar vida, sobre las nalgas de su nuevo amigo.
Carlos le notaba excitarse por momentos, como adivinando sus intenciones se inclinó hacia atrás con sus nalgas. Rodrigo sonrió porque vió que su nuevo amigo iba a ser muy complaciente a partir de ese momento. Esta vez no necesitó ni lubricarle, al poner su polla en la entrada del ano de Carlos y empujar un poco hacia delante, la verga de Rodrigo fue entrando poco a poco hasta estar toda dentro y los huevos chocar con las nalgas de Carlos. Ahora empezó de nuevo a cogerselo y a masturbarle. Mientras tanto había entrado otro chico de la edad más o menos de Rodrigo y viendo la escena, se acercó, y cogiendo la polla erecta de Carlos inició un suave masaje arriba y abajo acariciándosela y realizándole una paja muy placentera. Carlos estaba a mil, pues no se había imaginado recibir ese doble placer, por su parte Rodrigo cogía de las caderas a su compañero de polvo y lo follaba con fuerza haciendo a veces círculos y sacando la polla por completo para volver a meterla de nuevo de una sola vez. Carlos gemía deliciosamente por el placer divino que le proporcionaba Rodrigo en el culo y la paja del nuevo chico con quien se comenzó a besar deliciosamente. El chico entonces tomo con la otra mano una mano de Carlos y se la llevo a su propia verga ya dura, Carlos comprendió y comenzaron a pajearle su verga también entre los dos.
Allí estaban los tres, uno follando, otro recibiendo la follada y siendo masturbado por un tercero que además se masturbaba y dejaba masturbar, gozaba viendo y participando de aquella escena. El otro chaval aceleró sus movimientos de paja hasta que hizo correrse a Carlos y se agachó debajo de ellos dos para que Carlos eyaculara en su pecho, mientras él le lamió las bolas a Rodrigo provocándole la eyaculación, que también fue a parar a su pecho, mientras en ese momento él también se corrió de la excitación. Total los tres se ducharon juntos, Rodrigo y Carlos masajeándole y lavándole el pecho lleno de tres leches al nuevo chico, mientras este sobó u lavó las tres vergas. Se abrazaron y besaron los tres juntos quedando de verse el día siguiente en la misma playa para abrir un nuevo capitulo de su aventura vacacional.