Conocía a Elena hacía tiempo, nos encontramos a través de Internet. Un día me comentó en broma lo que la gustaría que yo tuviera un clónico. Ella es mucho más liberal que yo en cuanto al tema del sexo, sin embargo, yo no la hice caso, pues, aunque la idea me excitaba, están por delante mi mojigata educación y el no saber como reaccionaría mi otro yo. Sin embargo no hec mucho ella a vuelto a hacerme la misma proposición y por supuesto yo no me la he tomado en serio, le he contestado que mi «clónico», pensando como yo pienso no lo admitiría. Pero ella ha insistido y me ha propuesto una solución: ella también se haría una «clónica» podríamos quedar a cenar en su casa los cuatro y luego ya veríamos como evolucionaba la situación, todo sin compromiso.
Al final me convenció. Me fui al clonador, y le di un pelo de mi pubis con la esperanza de que siendo el pelo de ese lugar no saliera tan mojigato como yo. Por fin llegó el día de la cita y nos presentamos en su casa. Cuando abrió la puerta me quedé asombrado, Elena llevaba un vestido super ajustado que marcaba toda su figura y hacía que sus pechos marcaran sus pezones y para rematarlo un escote tan grande que casi podía verse su ombligo. Saludó a mi clónico, y nos hizo pasar al salón, allí nos presentó a Elena-2, pues, ¡claro! ellos no se conocían. Pronto me di cuenta de que mi clónico no era tan mojigato como yo. Se ve que la parte de donde obtuvieron la célula fue la más apropiada para el caso. El muy puñetero no apartó los ojos de los pechos de Elena, a pesar de haberle advertido que era terreno vedado, durante toda la cena, ¡claro!, que tampoco Elena-2, o la que decía serlo, dejó de mirarme a mi, y eso que yo no llevaba pantalones tan ajustados como los vetidos de ellas, pero así y todo no dejaba pasar ninguna ocasión, levantarse, agacharse, o hacer cualquier movimiento sin echar un ojo a mi paquete. Durante la cena hablamos de todo, y al final, cómo no, terminamos hablando de sexo; la cosa subió tanto de tono que yo llegué a estar totalmente empapado, más observando como Elena se acariciaba su coño con disimulo por debajo de la mesa. Supuse que ella estaba tan mojada como yo, lo que aún me excitaba más. Terminada la cena yo me levanté para ayudar a recoger la mesa con la esperanza que nuestros clónicos se fueran conociendo y además para intentar calmar mi calentura, pero mi sorpresa fue que Elena-2 se ofreció para ayudar.
Al entrar en la cocina yo fui a dejar los platos en el fregadero y sentí como ella se acercaba a mi espalda. Sentí cerca de mi cuello su respiración pero no quise volver la vista, preferí esperar para comprobar como se desarrollaban los acontecimientos. No pasó mucho tiempo. De pronto sentí cómo su cuerpo se pegaba a mi espalda y como apretaba su pubis contra mi culo. Volví la mirada y vi… ¿a quién?, debería ser Elena-2, pero no lo sabía. Desde que nos presentamos dudé de una y de… otra. A fin de cuentas las dos estaban allí y las dos sabían a que habíamos venido. No lo pensé, me di la vuelta y la abrazé. Comenzé a besarla el cuello y a tocarla las tetas. En otra situación seguramente me habría quedado cortado, pero me gustaba tanto como la otra Elena y además estaba tan caliente que me dejé llevar por mis sentimientos sin pararme a pensar en quien de las dos sería. La llevé a un rincón de la cocina y allí nos besamos introduciendo nuestras lenguas en la boca. Después de unos momentos la agarré por el pelo y la hice colocarse de rodillas delante de mi, ella bajó la cremallera de mi pantalón y sacó mi polla que comenzó a pasar por sus labios con la intención, por supuesto, de mamármela.
Abrió su boca y se la introdujo entera, me hizo una de las mejores mamadas que nunca me habían hecho, se notó que tenía buena maestra… o tal vez no era la alumna, y me gustó mucho porque al poco tiempo descargué mi semen en su cara y en su boca. Se levantó, limpió su cara con una servilleta y salimos fuera de la cocina como si nada hubiera pasado. Al llegar al comedor me encontré con lo que menos me esperaba, ¿Elena? estaba de rodillas haciéndole una mamada a mi clónico. Elena-2 no pareció sorprendida, pero yo sí. Nos quedamos un instante contemplando la escena sin que ellos se percataran de nuestra presencia. Elena de rodillas lamía y recorría con su lengua el instrumento de mi clónico, que idéntico al mío, mientras él agarraba su cabeza haciendo un movimiento como si estuviera penetrándola. Cuando mi clónico me vio se asustó y me miró como diciendo «no sé cómo ha ocurrido». Pude haberme puesto celoso y haberle dicho algo, pero no, a fin de cuentas yo conocía sus pensamientos y él era como yo mismo y además después de lo que yo acababa de hacer y de lo caliente que estaba la situación me gustó.
Cuando reaccioné hice lo único que me pareció correcto, me eché en el suelo por detrás de Elena y comencé a chupar su coño. Ella al verme paró un momento en lo que estaba ocupada y me besó, fue un beso húmedo por la cantidad de saliva que tenía en su boca después de chupar la polla de mi clónico. Elena-2 se agachó también; yo aún llevaba el pantalón, pero eso no fue impedimento para que me lo bajara y me quitara el slip. Elena-2 comenzó a chuparme el culo. Era increíble, no sabía quien de las dos era la que me chupaba, actuaba de manera casi idéntica a Elena. Me agarró los huevos y me los acarició mientras me penetraba con su lengua. Era la primera vez que asistía a un espectáculo semejante. Observaba como Elena chupaba la polla de mi clónico y un reguero de saliva escurría por su empinada polla hasta sus huevos. Cuando elena-2 se cansó de lamer mi culo se sentó encima de mi y se introdujo mi polla clavándosela hasta los huevos en su coño mientras yo seguía comiendo el de Elena. Comenzó a moverse con fuerza y yo creía morirme de placer. No sé si por la mamada que le estaba dando Elena o por la imagen de vernos a todos en aquella situación, o tal vez por ser su primera vez, lo cierto fue que mi clónico no aguantó más y se corrió de tal forma que no solo llenó la cara de Elena con su esperma si no que nos salpicó a nosotros dos en nuestras caras embadurnándonos con su cálido semen, nunca había visto a nadie soltar tanta leche. Después de su descarga, se dejó caer en una silla y siguió observando la escena, mientras tanto Elena se colocó delante de mí con sus piernas abiertas al máximo y con la intención, supongo, de que le comiera su precioso coño.
Se veía riquísimo desde aquella posición. Desde esta situación y con un coñito tan hermoso y chorreante no pude evitar la tentación y me lancé a chuparlo con ganas. Su sabor era estupendo y su olor embriagador, yo estaba en éxtasis, solo chupaba y chupaba mientras me sentía dentro de Elena-2 y notaba como se la producía orgasmo tras orgasmo. Mi clónico contemplaba la escena sentado esperando a que su pene se recuperara, cosa que, cómo no podía ocurrir de otra manera, pasó rápidamente. Cuando su polla estuvo bien dura se levantó y fue a por Elena que cuando lo vió le ofreció todo su culo colocándose a cuatro patas. Mi clónico colocó la cabeza de su polla en la entrada del ano de Itzíar y despacito pero con fuerza comenzó a metérsela, la polla entró sin ninguna dificultad en su trasero. Ella estaba arrodillada frente a mi y manteníamos unidas nuestras bocas en un gran y profundo beso mientras era penetrada por detrás. En un momento Elena-2 se separó de mi. Se levantó y salió de la habitación. Regresó con un pequeño vibrador. Me separó de Elena, que continuaba besándome, y me hizo colocar a cuatro patas. – ¿Qué haces?, pregunté yo. – ¡Vas a métermelo en el culo!, ¡Que no, tía, que no!… Sin embargo ella lo intentó. Yo no me dejaba, cerraba las piernas y apretaba todo lo que podía. Ella volvió a intentarlo y con gran dolor consiguió que fuera entrando centímetro a centímetro; mientras tanto parecía que el dolor de los primeros momentos se iba transformando en placer. – Eso es, sigue …ayyyy …empuja despacito ..¡¡¡Mételo!!!.. no te pares!! …¡¡¡fóllame!! ..aaahhhh… Yo gritaba casi sin control. Mi clónico follaba sin dificultad a Elena que a veces me miraba y me sonreía con picardía. Elena se levantó y se acercó a mi, – Ven, colócate boca arriba, me dijo. Yo la obedecí aprovechando para sacar el vibrador de mi dolorido culo.
Ella se colocó encima de mí haciendo un 69. En esta posición Elena-2 se colocó entre mis piernas, me hizo doblar la rodillas y penetró de nuevo mi culo, con el vibrador mientras Elena lamía mi polla y la de mi clónico. Cada vez que salía una de su boca entraba la del otro y a veces hasta las dos juntas. – Cuando os vayáis a correr avisarme porque no quiero que se pierda ni un ápice de vuestra leche, nos dijo Elena. Después de unos minutos de follada, mi clónico estaba ya a punto y avisó a Elena: – Me voy a correr……yaaaaaaaaa ¡date prisa..!. Ella se levantó y fue a la mesa, cogió un plato y le acercó a su polla, él se corrió sobre el plato llenándolo con su semen. A continuación yo me acerqué y ella colocó el plato debajo de mi polla que empezó a disparar chorros de esperma sobre el plato mezclándose con el que había soltado mi clónico. Cuando acabé, Elena colocó el plato en el suelo y se le ofreció a Elena-2, lo entendí enseguida, pensé que lo congelarían para fabricar nuevos clónicos, pero no, la 2 se lanzó sobre él cómo una gatita con hambre y empezó a lamer su contenido relamiéndose a cada lametazo. Elena se unió a ella y entre las dos lamieron hasta la última gota que de nuestro semen había en él. Sus bocas y sus lenguas se juntaban en el plato entre un baño de esperma que las escurría por los labios y la cara. Fue algo increíble, acabé agotado y sexualmente saciado. Desde entonces buscamos la ocasión de repetirlo e incluso de hacernos más clones para incluir alguna pareja más o una mujer más o … pero ya veremos eso es otra historia.