Trabajo en el departamento de instalaciones informáticas de una gran empresa, y voy a relatar una experiencia inolvidable que me ocurrió.
Algunos días salgo pronto, a las 5,y otros mas tarde. Aquel día me tocaba salir a las 5, y en los ascensores coincidí con mi jefa Natalia, y con Carmen, una de las chicas del Help-Desk. Natalia tenía 32 años, tenía un niño de 5 años, de cuyo padre se habia divorciado, y ahora estaba con uno de los jefes de la compañia, bastante mayor que ella. A pesar de todo, y de que su cuerpo ya no era el de hacía años, seguía siendo muy atractiva, rubia, con una sonrisa que le ilumina la cara cuando está de buenas…pero con suficiente carácter para enfrentarse a cualquiera. Carmen, la chica del Help- Desk, era mas joven, 24 años, seguía teniendo un aire inocente que le confería su cara, también aniñada, con gruesos labios, y unas mejillas que se sonrosaban al menor comentario salido de tono. Pero por otra parte tenía un cuerpo sensual, delgada, con un culito fabuloso, y hacía un par de años que vivía con un chico. Con su voz dulce y su simpatía se hacía querer por todos, sus compañeros y ! la gente que solo la conocía por teléfono, que se enamoraba de su voz. Por eso los demás no nos enfadábamos demasiado cuando ella conseguía mayores aumentos de sueldo o mejoras que a otros que también las merecían no les daban.
En el ascensor hablaban del nuevo comedor que había comprado Natalia, y que ahora iba a enseñarle a Carmen. Entonces, con cara inocente, Carmen, con la que tenía mas confianza, me preguntó si las podría acercar en coche a casa de Natalia, para no tener que ir en taxi. Yo acepté, como podía resistirme a ese par de diosas?. Al salir del ascensor las dejé pasar y aproveché para mirar ese par de culos, especialmente el de Carmen, en sus vaqueros era toda una provocación. El de Natalia, aunque no tan excitante, también tenía su morbo.
Las llevé a casa de Natalia, y ésta al llegar me dijo que ya que estaba allí, que subiera a ver los muebles y a tomar un refresco. El refresco se convirtió en licor de melocotón, que helado como estaba, devoramos entre los tres. Entre risas y charla, de repente me dijeron que iban a enseñarme un secreto. Se fueron a la habitación de Natalia y al cabo de un momento me llamaron. Al entrar me quedé alucinado. Mientras Natalia me decía con su voz de mando que me sentara en la silla y mirara, me di cuenta de que iba en ropa interior, y a su lado Carmen se estaba quitando las braguitas, y , mientras yo con la boca abierta me sentaba, vi como se quedaba completamente desnuda y se acercaba a Natalia. Esta, tomando su mano, le hizo dar una vuelta como si bailara, y me dijo: “ves esta preciosidad? Hace tiempo que es mi dulce niña, me vuelve loca. Supongo que ya habrás adivinado el porque de que ella siempre consiga las mejores cosas,no? Es muy sencillo, ella me da placer y yo cuido de e! lla” . Yo estaba perdido mirando el cuerpo de Carmen, sus pequeños pechos erectos, su sexo con una mata salvaje de pelo, y sobre todo, ese culo con el que tantas veces había fantaseado. Eso si, su carita estaba totalmente colorada, pero disfrutaba con la situación. Natalia se acerco a ella y la besó, la boca de Carmen se abrió para recibir su lengua ávida de disfrute, y vi embelesado como se besaban ardientemente. Natalia, que por supuesto estaba al mando, la acarició toda, y quitándose el sostén, se tumbó en la cama. Mientras mi mirada quedaba fija en su exhuberante pecho, le dijo a Carmen: “venga pequeña, ya sabes lo que quiero”. Ella se tumbó encima de Natalia y restregó su cuerpo sobre el de ella, me excitó especialmente como juntaban sus pechos, menudos los de Carmen y mas llenitos los de Natalia, y entrechocaban sus durísimos y deliciosos pezones.Entonces Carmen le quitó las braguitas a Natalia y vi su estupendo chocho, espléndido cuando Carmen le abrió las piernas y lo ! acarició. Ella, al contrario del exuberante vello de Carmen, iba muy rasurada, y solo tenía una estrecha franja de vello, algo mas claro que el de Carmencita.
Extasiado, como en un sueño, vi como Carmen se entregaba a devorar el sexo de Natalia, que rugía de placer. A su vez Carmen, en su posición actual, me ofrecía una fabulosa vista de su trasero en pompa y su sexo por detrás. Yo pensé en levantarme y penetrarla, pero el miedo a que se enfadaran y terminara aquel sueño me detuvo. Sólo me atreví a desenfundar mi pene, por supuesto duro como una piedra en aquel momento y acariciarme yo suavemente, a ver si recordaban que yo tenía “eso” para darles.
Cuando Natalia llegó al orgasmo, provocado por la lengua y los hábiles dedos de Carmen penetrándola, le pidió a ella que se tumbara, le abrió las piernas, la beso suavemente en el sexo y dijo mirando mi pene “Veo que estás preparado para cumplir mi sueño, quiero ver a mi niña siendo follada, quiero ver como la usa un hombre, eso me excitará al máximo”. Me hizo una seña para que me acercara, me dió un húmedo beso en la boca, agarró mi pene, parecía que lo estudiaba con detalle, y luego bajó y se lo introdujo en la boca. Yo estaba en el paraiso, mi jefa me la estaba chupando y me pedía que me follara a Carmen!. Después de chuparme la polla y los huevos me dijo que le diera placer a su muñequita. Yo mirando a Carmen, vi su cara sonrojada pero también vi su deseo de ser follada, así que se la introduje sin mas dilación, la manera en que se movía me confirmó que no era nada inocente follando, sabía muy bien lo que hacía, yo tuve que hacer esfuerzos sobrehumanos, alejar mi mente de ! allí y pensar en cosas repugnantes para no correrme demasiado rápido. Cuando noté que ella estaba al borde del orgasmo, volví a la realidad, y concentrándome en su cuerpo y en su cara de placer, bombeé al máximo de mis fuerzas, para alcanzar un glorioso orgasmo largo tiempo retenido, mientras ella chillaba también con el placer de su orgasmo.
Natalia, que solo había estado mirando , aplaudió y me dijo, ahora quiero ver como te la chupa y saborea tu polla con sus propios jugos, eso me da mucho morbo. Yo obedecí, y Carmen recibió mi polla sin problemas en su boca. Allí volvió a endurecerse, si es que en algún momento había dejado de estar dura. Entonces tomé mi primera decisión, quería follarme a Carmen por detrás, viendo su maravilloso culo, pero Natalia al ver mis intenciones, me detuvo. “No quieres jugar conmigo ahora? me dijo. Yo, al comprender que me pedía que la follara me lancé sobre ella, la besé, me perdí en sus senos, chupé y mordí sus pezones, me arrodillé, pues ella estaba de pie, y devoré su sexo, le mordí su culo, le besé el ano y la hice ponerse a cuatro patas sobre la cama, me excitaba al poder por fin dominarla a ella y no ser el dominado, y le clavé mi estaca en su hambriento coño con furia. Mientras Carmen había adoptado la misma postura a su lado, y eso me permitía introducirle mis dedos en su raj! a, y entonces decidí cambiar, introducí mi pene en el chochito de Carmen y acaricié el húmedo sexo de Natalia, repetí esos movimientos varias veces, y ellas disfrutaron de varios orgasmos, pero yo aguantaba, tenía una idea en mente. Cuando quedé agotado de bombear en sus cuerpos, la saqué, y poniéndome de rodillas sobre la cama les pedí que me la chuparan hasta vaciarme. Ellas obedecieron, a veces la lamian juntas, y ver eso me ponía cardíaco, ya que además de estar las 2 chupando mi pene, veía como sus lenguas también se cruzaban de vez en cuando. Otros momentos alguna se la introducía en la boca y me la chupaba arriba y abajo. Finalmente no aguanté mas, y descargué toda mi carga sobre sus bocas,sus caras y sus tetas. Fue la mejor corrida de mi vida. Y quise fijarme bien en ellas cubiertas con mi semen, para que esa imagen me quedara bien grabada en la memoria toda mi vida.
Después de eso, me fui, y no ha pasado nada mas con ellas, con Natalia seguimos hablando solo lo justo y siempre de trabajo o cosas mundanas, y yo no me atrevo a insinuarle nada de aquello, y con Carmen, al recordárselo, siempre se ríe y dice que estoy loco o que eso debí soñarlo. Tampoco lo he contado a ningún compañero, ya que ¿alguien iba a creerme?. En fin, yo se que fue real, y , aunque tengo una novia estupenda , de vez en cuando no puedo evitar masturbarme recordando ese maravilloso día.