La historia que voy a contarles es verdad, ya una vez les conté de mi amigo José, bueno el y yo seguimos viendo a ese par de machos del club, una tarde despues que todos se fueron del sector de las duchas, José y yo estabamos entretenidos tocandonos mutuamente. A José siempre le ha gustado que yo le chupe su enorme verga, así que estabamos en esto cuando llegó Germán uno de los que se encarga de la limpieza de los vestuarios.
Al vernos se empezó a desnudar y al rato ya estaba al lado nuestro dandonos a chupar su verga de 22 cm. que es bien gruesa. Tanto José como yo noparabamos de comernos ese grueso pedazo. Luego de un rato, José le sugirió a Germán que quería cogerme y que él se pusiera adelante así yo podía comerme su grueso miembro. Germán asintió y se colocó delante mío, ofreciendome su gruesa verga. Mientras tanto José ya me había metido sus 26 cm en el ano y se movía a buen ritmo, yo podía sentir como latía esa enorme banana, luego de un rato intercambiaron lugares Germán y él, y José me la puso en la boca y Germán me metió despacio su grueso nabo en el ano. Al principio me dolió un poco,pero luego mi esfinter se dilató lo suficiente como para gozar sin dolor y al cabo de un rato me movía como poseído.
José alentaba a Germán para que me culeara con más fuerza y despues de unos minutos los tres acabamos con gran estruendo. Yo podía sentir el torrente de semen de Germán en mi culo y a la vez lo mismo en mi boca de parte de José, que por cierto siempre acaba una gran cantidad de leche. Despues de descansar un rato continuamos acariciandonos para volver a entrar en clima, cuando en la puerta de las duchas lo vimos entrar a Tomás, el otro hombre que limpia los vestuarios.
Tomás es un negrazo africano de casi 2 metros de altura y un cuerpazo de gimnasio que te vuelve loco; estaba desnudo y nos mostraba sus 30 cm. totalmente erectos.
Los tres salimos a su encuentro y entre caricias y besos lo llevamos al centro de las duchas allí nos pusimos justo para proporcionarle placer entre los tres. Yo le chupaba su gruesa y larga verga, Germán le comía los pesados huevos y José le chupaba el ano. Tomás nos agradecía con caricias y gruñidos de puro placer. Luego Tomás me tomó por la cintura y poniendome en cuatropatas me penetró hasta cansarse, despues hizo lo mismo con José y cuando se proponía hacer lo mismo con Germán este le dijo si alguna vez se había dejado penetrar por alguien, a lo cual Tomás respondió que no, pero que si la sugerencia iba a ser si se dejaba, el no opondría resistencia, y apoyandose contra la pared dejó bien expuesto su trasero redondo y negro. José fué el primero en meterse entre esas dos nalgas y disfrutar de la profunda cueva que poseía Tomás, este gozaba como nunca de los 26 cm. de José. Entonces Germán sin aviso previo le metió su gordo carajo en la boca a lo cual el negro agradó bastan! te.
José metía tan profundo como podía, tratando de perforarlo lo mejor posible. De a poco fué aumentando la velocidad del bombeo hasta que le llenó el ojete a Tomás de leche, mientras tanto Germán le proporcionaba unos buenos tragos de leche bien cremosa mientras que yo tragaba todo el abundante semen que me daba Tomás.
Luego de gozar de esta forma parecía que Tomás estaría exausto pero nos dió una gran sorpresa al presentarnos de nuevo su enorme verga lista para batallar, pero esta es otra historia….
continuará.